Tres y media,
y te sigo esperando
inquieto
a punto de estallar.
Con el sabor de tu recuerdo
en la punta de mi lengua,
te sigo esperando.
El reloj de tu ausencia gira
magnificado por el silencio mediato.
Tres y media,
y te sigo esperando;
caminando cabizbajo
te sigo esperando.
Por acción o por omisión, siempre, siempre hago algo (o todo) mal.
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