Eutanasio viajó,
yendo de acá para allá,
yendo de la montaña hacia el mar,
divagando entre el bien y el mal,
aguantando la frivolidad,
quemando el bosque.
Eutanasio perdió registro de su piedad,
vio en la luna una figura, y solo pudo llorar
se durmió en la tierra mojada,
despertó flotando en sal.
Entre augurios de camaleones,
entre torta frita y pan
Entre profundidades heladas y peter pan
Eutanasio viajó.
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